MAYOR PRESUPUESTO A TREN MAYA EN 2025 QUE AL PROYECTO MEX-QRO: Un tren descarrilado en un mar de subsidios.

Premier Noticias Querétaro

Salvador Corleonne

El reciente anuncio de una nueva inyección de recursos (40 mil millones de pesos) para el Tren Maya ha reavivado el debate sobre la gestión de los recursos públicos en nuestro país. Con un costo que se ha disparado de manera alarmante y unos resultados operativos por debajo de las expectativas, este proyecto ha generado un sinnúmero de interrogantes sobre la viabilidad y la pertinencia de continuar invirtiendo en él.

Los números hablan por sí solos: mientras el Tren Maya registra una ocupación promedio de apenas 917 pasajeros diarios y un costo operativo exorbitante, el proyecto del Tren México-Querétaro, con un potencial de beneficiar a millones y generar miles de empleos, recibe una asignación presupuestal significativamente menor (30 mil millones de pesos).

Esta disparidad en la distribución de los recursos plantea serias dudas sobre las prioridades del gobierno federal. ¿Es razonable seguir subsidiando un proyecto que, hasta el momento, ha demostrado ser financieramente insostenible y con un impacto social limitado? ¿No sería más sensato redirigir estos fondos hacia iniciativas que generen un mayor beneficio para la población y para el desarrollo del país?

El Tren Maya se ha convertido en un símbolo de la gestión gubernamental, pero no precisamente en el sentido positivo. Sus constantes retrasos, sobrecostos y problemas operativos lo han convertido en un elefante blanco que drena los recursos públicos. Es hora de que el gobierno reconozca esta realidad y tome decisiones más racionales y transparentes en la asignación de los recursos.

El Tren México-Querétaro representa una oportunidad única para impulsar el desarrollo económico y social de una región estratégica del país. Al invertir en este proyecto, el gobierno estaría demostrando su compromiso con el bienestar de los ciudadanos y con la construcción de un futuro más próspero para todos.

En conclusión, la decisión de seguir invirtiendo en el Tren Maya es, cuanto menos, cuestionable. Es necesario que el gobierno realice una evaluación exhaustiva de este proyecto y considere la posibilidad de reorientar los recursos hacia iniciativas más rentables y beneficiosas para el país.